Un hogar perfecto para los niños es simplemente aquel que pueda adaptarse a las necesidades y el estilo de vida de todos los miembros de la familia. Si se tienen niños pequeños es imprescindible conseguir un espacio en el que puedan desarrollarse mientras juegan, hacen manualidades, etc.
Para ello, los espacios cotidianos deben lograr un equilibrio entre funcionalidad y estilo para grandes y pequeños, y eso puede conseguirse con pequeñas modificaciones dentro del diseño de interiores de cada espacio.
Cualquier lugar puede reacondicionarse para ser un espacio kid-friendly y el primer paso para ello es retirar o minimizar todos aquellos elementos que puedan ser un riesgo para los niños.
Una vez el espacio es seguro, proponemos varias modificaciones para que los más pequeños puedan llenar con su alegría cada rincón de la casa.
Un rincón en la sala de estar
Más allá de sus habitaciones, podemos ofrecer a los más pequeños un espacio propio dentro de los espacios compartidos. Esta zona puede estar delimitada por un suelo hidráulico que será su zona de reunión y entretenimiento donde podrán jugar y realizar todo tipo de actividades sin aislarse, estando en todo momento en contacto con el resto de familiares.
Una cocina divertida
En un espacio tan utilizado y práctico como la cocina, un guiño amigable para los niños puede ser añadir algunos elementos coloridos como sillas o cuadros, o un vinillo de pizarra con el que puedan interactuar involucrándose en el día a día de la casa.
Un lavadero en el que jugar
Un espacio amigable para los niños es aquel que permite que soporta todo aquello que los niños hacen mientras experimentan, aprenden y crecen. El lavadero, aunque de entrada pueda no parecerlo, es un espacio idóneo para ello ya que no está en uso la mayoría del tiempo y es altamente sufrido.
Podemos adaptar el lavadero para que los niños cuelguen en él sus dibujos, jueguen y liberen su creatividad.