1. Pegar los muebles contra las paredes
Colocar los muebles pegados a las paredes hace que cualquier espacio parezca sobrecargado y desordenado. Separar el sofá o los sillones de las paredes y colocarlos en el centro del salón creará una mayor higiene visual así como un mejor flujo de tráfico y una perfecta zona de reunión y descanso.
2. Utilizar demasiados colores
Emplear uno o dos colores de acento combinados con tonos neutros para da a cualquier diseño de interiores un aspecto cohesivo y relajado. Las paredes, las cortinas, las alfombras y los muebles de colores neutros permiten que los espacios respiren y parezcan más espaciosos y abiertos. No hay que abusar tampoco de los acentos: un sofá llamativo o una colorida alfombra vinílica pueden cumplir con su función con éxito.
3. Usar demasiados cojines de acento
El exceso de cojines en patrones y colores que no combinan en una silla, sofá o cama puede ser el causante de que una habitación parezca desordenada y caótica. El uso de dos almohadas en cada extremo del sofá, por ejemplo, agrega color y forma a la vez que mantiene el espacio libre de desorden.
4. Colgar cuadros y espejos de forma aleatoria en la pared
Las imágenes y el arte colgados por todas partes sin seguir un criterio hacen que cualquier espacio se vea desordenado. ¿La solución? Agrupar los elementos de forma que proporcionen un aspecto organizado. Es posible crear un aspecto equilibrado, ordenado y agradable a la vista de forma sencilla.