No existen leyes estrictas para el diseño de interiores. La mayoría de interioristas son personas creativas por naturaleza a las que les gusta imaginar, soñar y explorar siguiendo su intuición.
Dicho esto, es cierto que hay algunos principios ayudan a garantizar un buen resultado. Son aquellos que se ha comprobado que siempre funcionan y que se tarda años en dominar.
En este post queremos daros la oportunidad de conocer alguno de ellos para aplicarlos desde el primer día y utilizarlos de base para desarrollar vuestra creatividad.
Elige el color de la pintura al final.
La lógica nos dice que hay que pintar antes de colocar el mobiliario y demás accesorios, y en muchos casos eso puede funcionar a la perfección. Aunque nosotros tenemos otra idea.
Existen miles de colores de pintura con diferentes tintes, tonos y matices, y cada uno tiene un aspecto diferente en cada casa ya que las fuentes de luz varían.
Si queremos encontrar el color que mejor complemente la tapicería, obras de arte, alfombras,… Deberíamos elegirlo una vez que todos los elementos se encuentran dentro de la habitación.
Da espacio al mobiliario.
Evitemos sobrecargar los espacios. El aire es necesario para respirar, poder moverse con facilidad y conseguir un bienestar visual que afecta directamente a nuestra relación con el lugar.
Si el presupuesto es limitado va a ser fácil lograrlo, pero si no es así es preferible destinar nuestro dinero a menos elementos pero de mayor calidad.
Cuelga los objetos en la pared a la altura correcta.
Las galerías y museos cuelgan sus obras de arte de manera que la línea media (el centro) de cada pieza se encuentra a 1,50m del suelo ya que esa es la altura de los ojos media del ser humano. Nosotros deberíamos hacer lo mismo.
En un espacio con techos altos puede haber la tendencia de colgar los objetos a una mayor altura pero es importante recordar que esos elementos se relacionan con nosotros, por lo que se han de encontrar a escala humana y no a escala de la estructura.
Modifica tu colección.
No insistas con una pieza que no encaja. Puede que tenga un alto valor sentimental, pero si no queda bien ahí mejor no colocarla, quizás podemos encontrarle su lugar en otra habitación.
Crea un punto focal.
En las películas hay papeles principales y secundarios entre los miembros del reparto, en diseño de interiores ocurre lo mismo.
Elige tu elemento estrella y haz que sea el punto focal del espacio y permitir a otros objetos pasar a un segundo plano. Si queremos que todo destaque lo único que conseguiremos es una saturación visual desagradable.
El punto focal puede ser la campana extractora en una cocina, un jarrón en la sala de estar o un cabecero en el dormitorio. Sea lo que sea, se trata de elegir algo que llame la atención.
Considera la escala.
Lo que queda bien en la tienda puede parecer un elefante al traerlo a casa. O que, por lo contrario, sea demasiado pequeño ser relevante. Así que siempre varían escala y proporción.
Añade capas de iluminación.
Los profesionales acumulan capas de iluminación para generar interés, intriga y contraste. En una habitación donde todo está iluminado uniformemente, nada destaca. Es interesante utilizar una iluminación ambiental general y algunos elementos de iluminación baja como lámparas de mesa.
Ignora todos los principios a favor de la creatividad.
Tener algunas pautas proporciona un buen punto de partida para el mobiliario y la decoración del hogar, incluso si algunos de ellos no son prácticos para un espacio en particular.
Las habitaciones excesivamente diseñadas pierden ese punto personal y no se corresponden con la cotidianidad. Hazte tuyo el espacio.
Deja una respuesta