En pleno mes de agosto nadie se acuerda del frío, sin embargo, es un buen momento para pensar en él, sobre todo si queremos hacer cambios en el diseño de interiores que pueden llevarnos cierto tiempo.
Una de las formas más eficientes de mantener un espacio caliente es eligiendo el tipo de suelo adecuado.
No todos los suelos regulan por igual la temperatura por lo que su elección puede afectar directamente a la comodidad de la familia y en las facturas de calefacción.
Las opciones de suelos a considerar para un clima frío son:
Alfombras tradicionales
Las alfombras son opción inteligente para un clima frío ya que una buena capa proporcionará un aislamiento efectivo y el material suave mantendrá los pies fríos más cálidos. Eso sí, para prevenir los alérgenos mejor elegir una fibra natural que puede repeler los ácaros del polvo.
Alfombras vinílicas
Aunque a primera vista parezca una opción para un clima cálido, las alfombras de vinilo pueden proporcionar cierto aislamiento contra el frío y mantener el calor, aunque no almacenan el calor como una alfombra estándar. Las alfombras vinílicas son ligeramente mullidas, antialérgicas e impermeables, por lo que son ideales para espacios como el baño o la cocina, aunque pueden instalarse en cualquier rincón de la casa.
Parquet de madera
Los suelos de madera no almacenan calor, pero no se vuelven tan fríos como otros materiales más densos. Estos pueden calentar más si se les añaden alfombras.
La madera tiende a contraerse y expandirse en condiciones extremas de temperatura y humedad, por lo que es mejor evitarla en climas que varían de muy seco a muy húmedo.
Laminado
El laminado ha aumentado su popularidad en estos los últimos años porque imita el aspecto de la madera, pero con un coste y un mantenimiento mucho más bajos. Mantiene los suelos calientes en los climas más fríos y no se expande ni contrae durante temperaturas extremas o humedad.