Las alfombras vinílicas son bonitas y llamativas, y actúan a menudo como punto focal del diseño de interiores de una habitación, captando todas las miradas. Pero no se trata solo de un elemento decorativo puramente estético: el secreto de su éxito es su funcionalidad. Hoy os damos unos buenos motivos para comprar una alfombra vinílica.
Son asequibles
El coste de las alfombras vinílicas es mucho menor y su instalación es infinitamente más sencilla que instalar un suelo nuevo. Están disponibles en múltiples diseños y colores, y su coste depende de las dimensiones de la alfombra. En el caso de que se quisiera cubrir una superficie mayor o con una forma determinada, existe la posibilidad de fabricar alfombras vinílicas a medida en cualquiera de los patrones de la gama.
Son duraderas
Los suelos hidráulicos son idóneos para mascotas y niños, ya que permiten que cualquier derrame o mancha deje de ser una preocupación. La impermeabilidad de las alfombras de vinilo facilita enormemente su limpieza y las hace especialmente idóneas para baños, cocinas, lavaderos… Además, tienen la capacidad de proteger del desgaste, golpes y arañazos suelos especialmente transitados.
Son confortables
Si se busca adaptar una superficie para que los niños puedan jugar en el suelo o los animales puedan descansar, colocar una alfombra vinílica impresa puede ser la solución. Su textura y su grosor de 2,6 milímetros las hacen ligeramente mullidas y cómodas, lo suficiente como para proporcionar una sensación agradable al estar sobre ellas. Estas características pueden ser más significativas cuando se instalan en zonas donde las personas pasan mucho tiempo de pie como, por ejemplo, en la cocina.
Son estilosas
Las alfombras vinílicas añaden valor a cualquier espacio al aportar color y estilo, transformando así la decoración y el ambiente. Al apostar por este objeto decorativo podremos dar una nueva vida a partes de la casa muy funcionales pero que quizás contaban con un diseño de interiores no tan cuidado como el de otras habitaciones.