Los wallpapers existen desde hace siglos y por una buena razón. Aunque a menudo se consideran un elemento puramente decorativo, en realidad posee algunas funciones extremadamente prácticas. El papel de pared puede ocultar pequeñas irregularidades o defectos, realzar o disimular elementos arquitectónicos y crear zonas o estados de ánimo diferentes dentro de una habitación.
Resaltar u ocultar una característica arquitectónica
Podemos utilizar wallpapers para resaltar un elemento arquitectónico bello o para acentuar un estilo determinado. Esto se puede conseguir marcando bien los ángulos de cada espacio o ignorándolos para dar un aspecto suavizado al entorno. El color también nos ayudará a realzar el efecto y a dar alegría.
Agrandar una habitación pequeña
El papel de pared puede hacer que las habitaciones más pequeñas de nuestra casa se vean fantásticas y considerablemente más amplia. El uso de diseños verticales a ganar altura y los verticales aportan amplitud. Ambos aumentan visualmente el tamaño de la habitación y le añaden profundidad.
Crear una zona aparte
Los wallpapers son una manera fácil de separar visualmente una habitación en diferentes áreas funcionales. Como por ejemplo la zona de trabajo en un dormitorio.
Añadir texturas
Hoy en día podemos encontrar papel pintado con acabados que simulan la textura de otros materiales tales como madera reciclada, hormigón, ladrillo y piedra. La ventaja de utilizar wallpapers en lugar del material original es doble. En primer lugar, el coste suele ser inferior, y en segundo lugar evitar la molestia de utilizar materiales incómodos, difíciles de limpiar, etc.
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